Un fantasma en la batalla: Más hechos que personajes

Un fantasma en la batalla nos cuenta la historia de una infiltrada de la guardia civil en el grupo terrorista ETA desde mediados de los años 90 hasta inicios de los 2000. Una agente clave en las mayores operaciones contra la organización en esos años, y que fueron el primer paso para su desaparición años más tarde, cuando se les arrinconó desde el lado económico, cosa que no cuenta la película.

El problema a la hora de enfrentar esta película es que choca con la reciente ‘La Infiltrada’, que también trata el tema de una policía infiltrada en la banta terrorista. Sin embargo son películas con enfoques claramente diferenciados, aún con sus situaciones muy similares.

Agustin Diaz Llanes, en esta película de Netflix ha querido escoger un tono más cercano al docu-drama, en el que las acciones van sucediendo con un ritmo muy alto y sin que pierdas interés, pero da la sensación de que estás viendo un documental ficcionado. Parece que ha querido hacer una obra para aquellos que quizás conozcan menos la historia, como concentrar durante las casi dos horas de duración cómo fue esa época, lo que supuso, mezclando imágenes reales impactantes con situaciones ficcionadas.

Así como La Infiltrada para mi fue una película más de personajes, donde realmente sentías la conexión de esa infiltrada, sus momentos de soledad, sus incoherencias, en esta película que nos ocupa, todas esas cosas, que también aparecen, se sienten simplemente como situaciones por las que pasar para que los hechos que ocurrieron en la realidad sigan avanzando. Es por esto que las situaciones personales de la protagonista son muchas veces pasados por alto. Desde su inicio, su integración en la banda y como irse ganando confianza, su relación personal, sus dudas, sus sentimientos… Todo está tratado de forma más superficial y en ocasiones explicita por los diálogos, para que la linea de tiempo de acontecimientos reales no se detenga.

En definitiva es una película que es entretenida, se ve. Si uno ha vivido esos años desde España, lo recordará con crudeza, pero a nivel narrativo, puramente cinematográfico, la película se queda demasiado fría en la conexión con los personajes. Puede parecer que es más dinámica que lo que vimos en ‘La Infiltrada’, y desde luego Susana Abaitua encaja perfectamente en el papel, que por desgracia otros actores no consiguen, pero a nivel puramente narrativo, de conexión, de personajes, a nivel emocional se queda or detrás porque el cine es eso. Y aquí los personajes se ven como algo no prioritario respecto a contar los hechos.

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